6/1/12

¿Edward o Jacob?

Los Reyes Magos han pasado esta noche por el blog, y han dejado este especial relato, cortito pero cuando menos chocante. Es que los Reyes que pasan por mi casa son muy traviesos,... o me dejan de las últimas y van ya pasados de vinos y licores y de todo lo que le dejamos de refrigerio en su ardua andadura de esta noche pasada. El caso es que en la Papelera han dejado este regalito para todas nosotras, que a más de una le sacará una carcajada.

Ques lo disfrutéis, y tened un buen Día de Reyes, disfrutando de vuestros regalitos.





¿EDWARD O JACOB?




No sabía por cuál decidirme.
Es que los dos estaban para mojar pan. Y quería a los dos. Edward tan esbelto, con esa planta de galán de los años 50, con su despeinado pelo al viento, su pícara sonrisa, sus profundos ojos dorados. Y Jacob, tan cálido, con esos músculos contorneados bajo su piel morena, su pelo negro compitiendo en oscuridad con sus chispeantes ojos, y esos labios tan carnosos y apetecibles. Estaba echa un lío, si por mí fuera me quedaba con los dos, hacer un ménage á trois con estos sería una locura. Sentir a un lado de mi cuerpo el estremecedor frío de Edward, y al otro lado el arrebatador calor de Jacob, y yo justamente en medio, recibiendo todas las sensaciones tan opuestas de ambos,… una apasionante locura de las que no se olvidan jamás.
Pero no, la vida no era justa conmigo. Tenía que elegir. El vampiro que me había enamorado, o el lobo que me había robado el corazón. ¿Con cuál me quedo? El tiempo pasaba, los tenía a los dos delante de mí esperando impacientes mi elección.

-Bella mi amor, decídete ya y haz que este apestoso chucho se vaya. Por Dios no aguanto más su lasciva mirada desnudándote en su mente.
-¡Sí Bella! Dile a esta sanguijuela que a quien tú quieres realmente es a mí. Por mí no vas a tener que cambiar. Siempre vas a estar bien calentita sin necesidad de estufa. ¡Y tú, no te entrometas más en mi mente!
-¡Pues deja de pensar en ella!, está conmigo.
-Eso está por ver.

Las horas pasaban, y no llegaba a decidirme, por mucho que pusiera los pros y los contras de uno y otro, y comparara, no podía descartar  a uno para decidirme definitivamente por el otro. El sol lentamente salió, iluminando a Edward, haciendo que toda piel suya que acariciara los rayos de sol, brillara de manera hipnotizante. Por un momento Jacob se quedó igual de deslumbrado que yo ante el espectáculo. Lo miré con sorpresa, ¿cómo era capaz de mirar de esa forma a uno de sus enemigos naturales? Y entonces vi cómo el mismo sol acariciaba dulcemente la piel de café con leche de Jacob, resaltando cada músculo, cada pliegue de su marcado cuerpo. La sorpresa fue mayor cuando descubrí a Edward mirando atónito el cuerpo de Jacob.
Pero el mayor desconcierto fue cuando ambos se quedaron durante un largo minuto perdidos el uno en los ojos del otro. Lentamente, casi con miedo, se fueron aproximando el uno al otro. En mi cara poco a poco se fue dibujando la incredulidad de la situación, ¿acaso se estaban mirando con… deseo?
A medio metro quedó el uno del otro. Jacob poco a poco subió una de sus manos temblonas a la altura del cuello de Edward, y la posó allí. Ambos cerraron los ojos al unísono, presos de las sensaciones que los embargaban. Una voz ronca, arrebatadora, sonó en el pecho de Edward.

-¡Dios Jacob! Me quemas, es tan…
-Tú sí que me vas a matar a mí con esas sensaciones de frescor que estás desatando por todo mi cuerpo a través de mi mano.
-¡PERO ES QUE ESTÁIS LOCOS O QUÉ!

Grité con toda la potencia de mis pulmones, ¿habían perdido el juicio los dos a la vez ante mi indecisión?
Abrieron los ojos, asustados, me miraron como si yo hubiese aparecido de la nada, y Jacob bajó su mano rápidamente. Edward se la cogió al vuelo, dando un pequeño tirón de ella, aproximándolo a él, mientras me miraba con desdén.

-Bella, creo que has perdido tu oportunidad. Jacob piensa como yo. Nos has tenido tanto tiempo a la espera que…
-Lo siento Bella, por una vez estamos de acuerdo, ¿no es eso lo que querías? Pues ya lo has conseguido. Y estas cosas te pasan por indecisa. Vámonos de aquí Edward, tenemos muchas cosas que descubrir juntos.
-Por supuesto Jake, te sigo. Adiós Bella, lo siento, puedes irte con Mike.

Y cogiditos de la mano, muy acaramelados se adentraron en el bosque a la velocidad de la luz. No pasó mucho tiempo cuando desde lo más profundo del bosque llegaron hasta mis oídos los primeros jadeos y gritos de deseo y placer, tan guturales, tan masculinos, mezclados con los nombres de ambos. Rápidamente tapé mis orejas con mis manos y salí corriendo de allí como alma que lleva el diablo.

Estas cosas solo me pasan a mí, por tonta.


3 comentarios:

Iris Martinaya dijo...

La peor pesadilla de Bella, era envejecer, pero esto, jeje, esto si que no se lo esperaba ella!!! Y se lo merece, jeje. En su día me reí lo mío, hoy lo he vuelto a hacer. Estas cosas solo a ti se te ocurren!!

Fíjate que tempranito hoy eh, es que estoy con un catarro que no me dejaba estar más en la cama, apenas puedo respirar tumbada, en fin... ya iba siendo hora de pillar un trancazo...

Un beso

mar costa calida dijo...

Me creí lo que le pasaba a bella como si a mi misma me sucediera, la verdad esque es lo primero que leo tuyo y me has hecho reír, he aprendido, y he sentido tristeza, alegría y me gusta sentir.Hablamos preciosa niña rubia de ojos azul cielo

mar costa calida dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.